miércoles, 8 de diciembre de 2010

HE was the walrus...




No importa la edad que uno tenga. Tampoco importan los gustos musicales que apasionan a uno. Podemos escuchar Nightwish, Rammstein, 50 Cent, The Drums, Los Amigos Invisibles, Phoenix, Led Zeppelin o lo que sea. En nuestro reproductor musical podemos tener música que no tiene más de cinco años de vida; podemos también tener en nuestro repertorio música como Benny Goodman o Dizzy Gillepsie…pero siempre vamos a saber quién fue John Lennon.
Hoy se cumplen 30 años del fallecimiento de John Lennon, gran músico inglés que perdió la vida a las manos de un personaje complejo e incomprendido como Mark David Chapman. Lennon, una sola persona, tuvo la capacidad para cambiar la vida de millones de personas, la mentalidad de una generación, la ideología de toda una sociedad…pero así como él pudo hacer todo esto, también existió una persona capaz de terminar con la vida de este revolucionario.
Pareciera una historia de película:
Por la mañana, llega Annie Leibovitz por parte de la revista Rolling Stone para una sesión fotográfica en The Dakota (el edificio en el cual vivía John Lennon y Yoko Ono). Después de una serie de fotos exitosas, la pareja activista sale en la tarde para ir al estudio a grabar.
En la calle, antes de entrar a la limusina, Lennon se encuentra con unos fanáticos fuera de su casa. Firma unos cuantos autógrafos, y fue aquí donde aparece el villano de nuestra historia.
Mark David Chapman, un hombre incomprendido que esperó horas afuera de The Dakota para que Lennon le firmara una copia de la más reciente publicación del ex-Beatle, “Double Fantasy”. Sin dudarlo, Lennon accedió felizmente, y le firmó el álbum.
“¿Algo más?” le dijo John Lennon.
Chapman sólo sonrió y movió la cabeza para indicar que no había más que pudiera hacer.
Posteriormente, John y Yoko fueron al estudio para darle los toques finales a un sencillo que planeaban sacar para el día siguiente. Terminaron tarde, poco después de las 10 de la noche. Lennon estaba feliz por haber progresado, y estaba ansioso por que fuera mañana. Llegaron a la calle de su casa; Yoko subió primero los escalones, y justo cuando el británico estaba por hacer lo mismo, sonaron cinco disparos que interrumpieron el silencio de la noche ocasionados por Chapman. ¿Sabía este personaje, que al disparar su revolver, no sólo quebraría el silencio de una noche fría de Nueva York, sino que dejaría mudo al mundo entero, un mundo que acababa de ser privado de uno de sus más grandes representantes y estandartes de la paz? Nunca lo sabremos. Es cierto, que al lograr su objetivo, un testigo le preguntó que si sabía lo que acaba de hacer el asesino.
Chapman respondió “Sí, acabo de dispararle a John Lennon”.
Esto no le explica nada al resto del mundo.




Treinta años después, la historia no ha cambiado. Chapman sigue encarcelado, y el mundo sigue recordando a Lennon por todo lo que le dio al mundo. En una de sus últimas entrevistas, dijo:
“Lo que quieren [los ‘fans’] son héroes muertos, como Sid Vicious y James Dean. Yo no estoy interesado en ser un héroe muerto, así que olvídenlo.”
Hay varios personajes en la historia que requieren de una muerte prematura o trágica para inmortalizarse, sin embargo…John Lennon no fue uno de ellos. John Lennon ya era un héroe, vivo o no. Y aunque después de más de un cuarto de década los problemas por los cuales protestaba siguen aquí, sus soluciones requieren de un poco de desarrollo individual, tolerancia, y respeto.
All you need is love.

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